DECÁLOGO DE UNA CONSTITUCIÓN PARA EL CHILE DEL SIGLO XXI
Dicha soberanía se extiende también hacia la descentralización del poder y llega hasta la soberanía alimentaria. Debe ser una Constitución para un nuevo desarrollo, que dice relación con el cómo pensamos distribuir la riqueza que la sociedad genera, y cuya aspiración sea el abandono total del estado subsidiario y el extractivismo de nuestro aparato productivo como eje de nuestro modelo de desarrollo.
8. El Derecho a un Medio Ambiente Sano y los Derechos de la Naturaleza
La Nueva Constitución debe proteger al medio ambiente desde una nueva perspectiva, que cambie la relación actual entre las y los chilenos y su entorno natural, desde un paradigma antropocéntrico a una visión ecocéntrica, siendo conscientes de que los seres humanos somos parte de la naturaleza y la biodiversidad, y no sus dueños. La protección a la naturaleza debe manifestarse entendiéndola como un sujeto de Derechos, permitiendo que cualquier chilena y chileno de manera particular o en comunidad pueda recurrir a la institucionalidad en su resguardo y protección.
9. Proteger a los animales y a nuestras mascotas nos humaniza y nos dignifica
El Estado y las personas deben asumir la protección y respeto de los animales, reconociéndolos como seres dotados de sensibilidad, estableciendo normas que reconozcan las libertades del bienestar animal, tutela de la vida y libertad de la fauna nativa, así también, creando un organismo dedicado a velar por el cumplimiento de estas.
12. Consagrar derechos sociales como una vivienda adecuada, agua potable y salud
La futura Constitución debe reconocer este derecho social y terminar con el abuso de la especulación, avanzando hacia la modernización e inclusividad de nuestras ciudades. Debe considerar el agua para todas y todos, su uso sustentable y no especulativo, como bien público, no apropiable de forma privada, de interés nacional y a disposición de las necesidades del pueblo. Debe consagrarse el derecho a la salud, obligando al Estado a la creación, promoción y protección de un sistema público de salud con carácter universal.
20. La política exterior de Chile debe estar comprometida con la paz, la solidaridad, la cooperación, el bienestar, la democracia y los derechos humanos
La constitución actual nos ha conducido a una política exterior que nos ha dejado aislados, sin amigos, con una economía rentista y al amparo de lo que decide el gobierno de Estados Unidos, como tuvimos ocasión de ver con el Tratado de Escazú. Nuestro país y Estado debe estar comprometido con la humanidad, no con las cosas y los intereses mercantiles, debemos propender a estrechar lazos de cooperación mutua entre países en los distintos ámbitos del desarrollo, ciencias, tecnologías, cultura, innovaciones tecnológicas, intercambios académicos, investigaciones científicas, etc.
23. La propiedad para todos, todas y todes;
Para las personas, los Colectivos y el Estado. Chile nos pertenece a todos En materia de distribución de la riqueza, la constitución es inequitativa. Deberá establecerse la función social de la propiedad de forma amplia, eliminando la doble protección del derecho de propiedad y recuperar el control público sobre los recursos naturales, junto con mantener el derecho a la propiedad individual, pero, reconociendo otros tipos de propiedad, en ello radica la base del sistema de propiedad con justicia que impulsamos.
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